Ley 100 de 1993: Eutanasia para los pobres.


Pese a todas las protestas, el Gobierno insiste en la aplicación de la Ley 100. El hecho que parece explicar mas no justificar la obstinación del Gobierno en establecer y hacer obligatorio este foco de graves problemas, parece ser la imposición de dicha política por parte de organismos foráneos, que de una u otra forma manipulan las políticas internas del país, aunque ya se conoce que la corrupción generada por éste sistema es una gran fuente de ingresos para los intermediarios de la salud y sus defensores.

Los defensores de la ley 100 nos hablan de sus éxitos que defienden con estadísticas acomodadas en las que nos demuestran como la mayoría de Hospitales son «saludables», pues mantienen sus finanzas «equilibradas». Y parece que ellos mismos creyeran sus mentiras, pues los periódicos hablan de la crisis hospitalaria y de los «pacientes de papel» que inflan artificialmente las estadísticas de los «genios» que elaboraron la Ley 100.

No existe otra explicación, pues los análisis científicos de la ley 100 revelan las nefastas consecuencias que ella produce y los hechos lo demuestran. Era posible comprobarlo antes de aplicarla, remitiéndonos a los países que ya han vivido tan destructiva política, pero ya es tarde. La salud está en crisis.

Para comprobarlo, sólo se requeriría comunicarse con un colega médico, o un usuario del sistema, en Chile por ejemplo, u otro país que ya hubiera sido perjudicado por tan lastimoso sistema. Podemos encontrar experiencias similares en Estados Unidos de América, donde la crisis de la Salud ha alcanzado niveles tan acentuados, que muchos de sus habitantes han decidido buscar el cuidado de su salud en países como Colombia.

En Estados Unidos es patente la deshumanización de la medicina. Es común que muchos de los médicos colombianos atendamos pacientes extranjeros que buscan en nuestro país el trato humano y de calidad que ya no consiguen en sus regiones..

Constantemente recibo email de todo el mundo y parece que los sistemas son similares. Los médicos norteamericanos están sometidos a tal grado de stress, que deben tener varios empleados para hacerse cargo de muchos de sus anteriormente habituales deberes. Y la mayoría de médicos Colombianos, gracias a la medicina prepagada y a la Ley 100, no pueden siquiera adquirir un computador y menos tener acceso a Internet. Y es así como la tecnología nos esta dejando atrás rápidamente.

Para no ir mas lejos, he aquí un ejemplo de algo que conozco muy de cerca: Los sonólogos y radiólogos norteamericanos usualmente no practican los sonogramas (ecografías) que firman, es más, ni siquiera entran en contacto con el paciente. A su servicio están los «SONOGRAPHERS», que son técnicos especializados en ultrasonido. El sonólogo y el radiólogo se limitan a mirar las imágenes y firmar el reporte. No tienen tiempo para más. Aquí, aún no sucede algo similar, pero a medida que la ley 100 progrese así pasará, con las consecuencias que son de preveer.

Hemos hablado sobre los efectos negativos de la ley 100, causados por sus más importantes características, que violan impunemente el código de ética médica, comenzando por la restricción de formulación y un listado insuficiente de medicamentos

El libro «EL FUTURO DE LA SALUD EN COLOMBIA», de Iván Jaramillo Pérez demuestra también lo expuesto en artículos previos:

Según el cuarto párrafo de la página 77, el médico de cabecera será un ordenador de gasto que obstaculizará el acceso de los enfermos a las consultas con especialistas y a las ayudas diagnósticas. Para ello se le estimulará y obligará económicamente, según dice el párrafo segundo de la página 78 del mismo libro, de tal forma que reduciendo el costo (léase calidad) de la atención se maximice su beneficio.

El tercer párrafo de la página 80 establece tarifas por diagnóstico que obligan a minimizar el costo (léase calidad). El segundo párrafo de la página 82 restringe la formulación libre de acuerdo al concepto médico Y para completar, se obliga a todos los colombianos a afiliarse a dicho sistema mediante conductas que bien pueden calificarse como chantaje, según se observa en el tercer párrafo de la página 111 del mismo libro.

Los profesionales médicos y afines estamos descontentos con dicha Ley. Para nadie es un secreto que una de las profesiones peor remuneradas es la de médico. Si preguntamos a un cuidador de carros callejero por sus ingresos, sorprenderá saber que recibe alrededor de USA $30.= diarios libres. Eso es más de los que ganan muchos de nuestros colegas.

Ya son numerosos los médicos reconocidos que han comenzado a abandonar sus profesiones para dedicarse a actividades que les permitan sobrevivir. Los futuros estudiantes de medicina algún día leerán las noticias o se enterarán por sus conocidos, del estado de la situación actual y abandonarán la idea de dedicarse a esta profesión.

Esto no será un problema muy grave quizás durante una década. Pero a largo plazo producirá una reducción considerable en los profesionales encargados de cuidar la salud: escasez de médicos, de enfermeras, de bacteriólogos, etc. Naturalmente esto no producirá un incremento en la cobertura y rebaja en los costos, sino por el contrario una elevación de los costos y una grave reducción de la cobertura.

Una de las razones de ser Colombia aún un país subdesarrollado es la renuencia a establecer objetivos a largo plazo y sacarlos adelante. Colombia se ha dedicado, como otros países tercermundistas, a la política oportunista y facilista: tapar huecos con gran despliegue, mientras las bases se hunden para que el siguiente gobierno tenga que atender la base del problema. Naturalmente esto nos mantendrá indefinidamente en el atraso.

Actualmente vemos errores médicos graves como administrar nitrógeno en lugar de Oxígeno, extraer los dos riñones a un paciente, operar la rodilla equivocada, transmitir infecciones, inyectar hipnóticos en lugar de antibióticos, etc, todo esto asesinando pacientes impunemente. Si esto sucede ahora, que se podrá esperar cuando se obligue a «prosperar más» a la Ley 100, cuya meta es despachar grandes volúmenes de enfermos, a bajísimos costos.

Todos sabemos que la ley 100 limita los recursos y teóricamente solo dará acceso a tecnología más avanzada cuando los casos sean muy graves. Que generará esto? Simplemente que los IPS se despreocupen de la atención de los pacientes ahorrando así costos. Los pacientes así tratados adquirirán trastornos más graves, cuya responsabilidad ya no será de las IPS, sino del sistema general: «fondos de solidaridad», «planes subsidiados», etc, que serán simplemente seudópodos de un sistema ineficiente y mortal, pues sus recursos son igualmente manipulados por intermediarios que violan la ley y a los que nada importa la salud de los pacientes sino la salud de sus empresas.

A largo plazo tendremos un incremento notorio en los abortos «espontáneos» (por mala práctica, realmente) y en la mortalidad general, especialmente en los más débiles: niños, embarazadas y ancianos.. El efecto «positivo» es que sobrevive la población más productiva, es decir los que no necesitan atención médica y no son pensionados. Es un método muy eficaz para filtrar a la humanidad, sobre todo porque es tan sutil, que pocos parecen haberse percatado.

Toda esta maquinaria ha contado hasta ahora con la sumisión incondicional del profesional de la salud, que ha sido incapaz de hacer respetar su profesión, en la cual ya está perdiendo el interés. Este mismo profesional ha sido también incapaz de hacer respetar sus derechos por que, seamos realistas, ya está olvidando que los tiene. Al fin y al cabo, cada vez es más simple cambiar de profesión.

Algunos efectos de la corrupción causada por los
intermediarios y el Monopolio en la Medicina

Los intermediarios en la salud y
los Monopolios son ilegales

El ahorro de dinero para favorecer a los intermediarios de la salud produce dolor, pérdida de la salud, amputaciones e incluso la muerte de los usuarios, ello sin contar la corrupción que ha generado en las profesiones médicas y afines.

Elección del tratamiento más barato
Se amputa una pierna, por ejemplo, porque es más barato que efectuar el tratamiento adecuado.
Empleo de reactivos con fecha de expiración vencida
Dolor y molestias innecesarios a los pacientes (usar los dilatadores de pupila mas baratos, por ejemplo)
Exámenes con resultados erróneos, generalmente «normales»
Ocasionalmente falsos positivos, como diagnosticar SIDA equivocadamente
Transmisión de infecciones como: SIDA, hepatitis, etc en transfusiones, donación de órganos, etc.
Compra de radiografías y otro exámenes usados para entregarlos a otros pacientes
Resultados inútiles y peligrosos
Compra de medicamentos vencidos
Tratamientos inútiles y a veces fatales
Dolor innecesario al emplear anestesia vencida, por ejemplo
Reutilización de material desechable
Transmisión de infecciones como: SIDA, hepatitis, etc, en procedimientos médicos invasivos. Cicatrices exageradas por emplear cuchillas usadas con filo reducido, etc.
No utilización de los insumos adecuados para cada procedimiento
Dolor innecesario a los pacientes por la no utilización de anestesia, por ejemplo
Aumento de infecciones
Reducción del tiempo dedicado a cada examen
Graves errores médicos
Transmisión de infecciones
Empleo de los laboratorios más baratos
Que constituyen un ahorro adicional a los intermediarios, pues sus exámenes suelen resultar «normales»

Algunos efectos generales de ésta corrupción

  • Muerte de los pacientes ancianos, especialmente los pensionados
  • Muerte de los bebes más débiles o enfermos
  • Muerte de los pacientes más débiles
  • Estancamiento de la investigación
  • Abandono de las profesiones Médicas y afines
  • Escasez de profesionales confiables
  • Corrupción de los profesionales de la Medicina
  • Reducción considerable de la calidad de vida de los profesionales de la Medicina
  • Reducción de la calidad de la salud
  • Ahorro de dinero para el intermediario
  • Ahorro de dinero para el Estado

Gonzalo Díaz MD.

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